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lunes, 19 de enero de 2015

La Colección Bicentenario, editada por el Ministerio de Educación, consta de un combo de cuatro libros: Ciencias Naturales, Lengua y Literatura, Matemáticas y Ciencias Sociales. Allí se les explica a los estudiantes los contenidos básicos de cada materia con ejemplos cargados de elementos ideológicos a favor del gobierno actual

Libros del gobierno son el texto único en escuelas oficiales

Docentes evaden uso de material político | Foto: Omar Véliz
Docentes evaden uso de material político | Foto: Omar Véliz
El Ministerio de Educación vigila planteles para asegurar que los maestros usen la Colección Bicentenario

“Todos esos libros de la Colección Bicentenario son para crearles a los muchachos en la mente la cuestión de la revolución, para que esa sea la ideología que ellos tengan”, dice una maestra de sexto grado de una escuela en Antímano.
La Colección Bicentenario, editada por el Ministerio de Educación, consta de un combo de cuatro libros: Ciencias Naturales, Lengua y Literatura, Matemáticas y Ciencias Sociales. Allí se les explica a los estudiantes los contenidos básicos de cada materia con ejemplos cargados de elementos ideológicos a favor del gobierno actual.
La historia petrolera venezolana ahora tiene una referencia diferente. El libro de Ciencias Sociales de sexto grado se refiere al “saboteo petrolero del año 2001” o a los “victoriosos militares” que derrocaron a Rómulo Gallegos de la presidencia. El libro de Matemática de primer año, por su parte, señala las bondades de la Gran Misión Vivienda Venezuela.
A pesar de que el ministro de Educación, Héctor Rodríguez, se comprometió a revisar estos materiales pedagógicos, a finales del año escolar pasado el gobierno nacional ordenó la impresión de otros 30 millones de libros, sin que se hubiesen hecho cambios sustanciales en ellos, a juicio de especialistas en materia educativa.
Desde el año 2011 la Colección Bicentenario es el texto escolar que puede usarse, por ahora, solo en los planteles oficiales. El 10 de octubre de 2011, el Ministerio de Educación remitió a las zonas educativas un memorando en el que estableció que quedaba terminantemente prohibido el uso de libros distintos a esta colección.
Un estudio realizado el año pasado por la investigadora Marta Aguirre señaló que pese a esta instrucción, en muchos casos los libros no se están aplicando en las aulas. Argumentaba dos razones: o los docentes no saben usarlos o a los niños les producen frustración.
“Uno se las ingenia: tenemos los libros anteriores y trabajamos con fotocopias que cubrimos los propios docentes. Mando a los chamos a investigar en Internet y en libros viejos”, declaró una maestra.
Sin embargo, las zonas educativas se aseguran de que en los salones se aplique el nuevo currículo bolivariano, todavía en discusión, pero que se ha materializado en esos textos. Funcionarios del ME suelen llegar de sorpresa a los centros educativos cada cierto tiempo para inspeccionar si los maestros están cumpliendo con la orden ministerial.
Una maestra de cuarto grado afirmó que algunos supervisores les exigen que indiquen incluso la página del libro que emplearon para explicar un contenido específico. “Según el gobierno, ellos nos dan todos los materiales para poder trabajar con los niños, pero solo dan la Colección Bicentenario y eso tiene muchos errores. A los docentes sí se nos permite consultar otras cosas, pero los niños solo deben trabajar con los libros que entrega el gobierno”, dijo la educadora.
En noviembre pasado, personal del ME visitó la Unidad Educativa Nacional República de Indonesia, en Valle Arriba, para averiguar si los estudiantes usaban los textos. “A tres o cuatro alumnos de cada grado nos llamaron a la dirección para preguntarnos eso, porque les prohibieron a los profesores pedirnos libros. El año pasado no los usamos porque llegaron en enero y ya habíamos comprado otros. Los profesores nos dicen que la información que sale ahí es muy incompleta”, contó una joven de tercer año. Hasta la fecha, la Colección Bicentenario no ha llegado a su centro educativo, por lo que han tenido que trabajar con libros prestados, con algunos de la biblioteca o consultando Internet en su teléfono. 
A juicio del director de la escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello, José Francisco Juárez, si la Colección Bicentenario sigue siendo el libro único en las escuelas oficiales, se estaría hablando de un plan de ideologización aplicado de forma consciente “que terminaría por destruir la ciudadanía y los principios democráticos”.
Nacarid Rodríguez, especialista en diseño curricular educativo, afirmó que en cualquier sociedad utilizar un libro único en las escuelas va en detrimento de la calidad educativa. “Una de las cosas más importantes para la calidad es que haya diversidad de recursos, de fuente de información y de actividades pedagógicas. Aquí hay un doble discurso, no hay un interés genuino por mejorar ese aspecto”, señaló.
A pesar de que es el docente el que en la práctica decide sobre los contenidos que impartirá a sus alumnos y de qué manera, Juárez advirtió que existe el riesgo de que este filtro no sea resistente. “Muchos se están jubilando y ahora está entrando una gran cantidad de profesores recién graduados de universidades del gobierno que vienen adoctrinados”.
Rodríguez recordó que la intención de tener un libro único tiene su antecedente en 2009, con la Ley Orgánica de Educación. El artículo 6 dice que el Estado tiene la rectoría de actualizar permanentemente “el currículo nacional, los textos escolares y recursos didácticos de obligatoria aplicación y uso en todo el subsistema de educación básica”.
La Instrucción Ministerial del año escolar 2014-2015 es clara: “La Colección Bicentenario debe constituirse en una herramienta de uso cotidiano en todas nuestras instituciones educativas”.
Predomina lo ideológico
—“Contando con los recursos”, el libro de Matemática para cuarto grado, dice que el gobierno garantiza el acceso a los alimentos, distribuyendo “toneladas de alimentos por medio de la red Mercal, la red Pdval, el Plan de Alimentación Escolar, los abastos Bicentenario, los mercados populares a cielo abierto, entre otros”. Para hablar del sistema métrico decimal, explica qué son las empresas de propiedad social.
—“La mayoría de los fallecidos eran defensores de Chávez”, reseña el libro de Ciencias Sociales de sexto grado, al referirse a los sucesos de abril de 2002 como “El golpe de los empresarios millonarios”. Estos “retrasaron el avance de la puesta en práctica de los planes de desarrollo endógeno”.
—El capítulo “Bien común y desarrollo sustentable para el buen vivir”, de Ciencias Naturales de segundo año, señala que el “modelo económico y social de producción que ha imperado” ha hecho que las personas asocien la calidad de vida con la posesión de bienes materiales.
—Para explicar las fracciones, el libro de Matemática de quinto grado pide a los estudiantes investigar cuántos votos son necesarios para la aprobación de una ley orgánica en Venezuela, pues según la Constitución se debe contar con el voto a favor de dos tercios de los diputados de la Asamblea Nacional.
—En el libro de Ciencias Sociales de cuarto grado explica qué son las cooperativas como ejemplos de participación comunitaria. También exhorta a los estudiantes a revisar la Constitución Ilustrada, cuyos contenidos hacen referencia al ex presidente Hugo Chávez. 
La cifra
30 millones de libros de la Colección Bicentenario repartió el Ministerio de Educación este año

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