Aqui estoy tranquila La danza de las horas llega La danza de la espera sigue. Yo soy la vida.

viernes, 10 de octubre de 2014

El Nobel de la Paz para la paquistaní Malala y el indio Satyarthi Kailash Satyarthi presta auxilio a los niños y a las mujeres que viven como esclavos en las fábricas indias donde ejecutan todo el día tareas pesadas y son víctimas de violencia, incluso de carácter sexual. Mientras que Malala Yuzafsai encarna la lucha por el derecho a la educación de las mujeres.

El Nobel de la Paz para la paquistaní Malala y el indio Satyarthi

Kailash Satyarthi presta auxilio a los niños y a las mujeres que viven como esclavos en las fábricas indias donde ejecutan todo el día tareas pesadas y son víctimas de violencia, incluso de carácter sexual. Mientras que Malala Yuzafsai encarna la lucha por el derecho a la educación de las mujeres.

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Malala Yousafzai y Kailash Satyarthi (Efe)
EL UNIVERSAL
viernes 10 de octubre de 2014  06:16 AM
Oslo. - El Nobel de la Paz fue atribuido este viernes a la adolescente paquistaní Malala Yusafzai, galardonada más joven de la historia, y al indio Kaliash Satyarthi por su lucha contra la explotación de los niños y por su derecho a la educación.

"Los niños deben ir a la escuela y no ser explotados financieramente", exclamó el presidente del comité Nobel noruego, Thorbjoern Jagland, informó AFP. 

Malala Yuzafsai, bestia negra de los talibán que encarna la lucha por el derecho a la educación de las mujeres, se convierte, con tan sólo 17 años, en la persona más joven en recibir el Nobel en los 114 años de historia del premio. 

La joven lleva años militando por el derecho de las chicas a la educación, lo que la convirtió en el blanco de un intento de asesinato que estuvo a punto de costarle la vida el 9 de octubre de 2012 en su país natal.

Kailash Satyarthi, menos famoso y bastante mayor (60 años) que Malala, presta auxilio a los niños y a las mujeres que viven como esclavos en las fábricas indias donde ejecutan todo el día tareas pesadas y son víctimas de violencia, incluso de carácter sexual.   

Satyarthi ha dirigido, por ejemplo, manifestaciones contra la explotación infantil, todas no violentas siguiendo "la tradición de Gandhi" como subrayó el comité Nobel.

"Se calcula que hay unos 168 millones de niños trabajadores en el mundo", indicó Jagland. "En 2000, había 78 millones más. El mundo se acerca al objetivo de erradicar el trabajo infantil". 

La elección del comité noruego adquiere un relieve particular a la luz del secuestro de 276 alumnas de instituto en Nigeria, el pasado 14 de abril, por el movimiento islamista Boko Haram, cuyo nombre significa "La educación occidental es un pecado". 

Este episodio conmocionó al mundo entero y suscitó un amplio movimiento de movilización "Bring back our girls" ("Devolvednos a nuestras niñas") en que participó Malala, al lado de celebridades como Hillary Clinton. 

Joven y pugnaz 

La adolescente paquistaní se ha convertido, en poco tiempo, en un icono mundial del derecho a la educación de las niñas. 

El 9 de octubre de 2012, unos talibanes paquistaníes interceptaron el autobús escolar en el que viajaba en el valle de Swat y le dispararon un tiro en la cabeza, acusándola de perjudicar el islam. Milagrosamente, la adolescente sobrevivió.

Operada en su país, fue trasladada al Reino Unido donde sigue viviendo desde entonces. Hoy estaba "en la escuela, como de costumbre", en Birmingham (Inglaterra), cuando se le atribuyó el premio.

Desde el atentado, la joven no ha querido dejarse intimidar y multiplicó los llamamientos a la educación y la tolerancia. 

"Luchemos contra el analfabetismo, la pobreza y el terrorismo, nuestros libros y nuestros lápices son nuestras mejores armas", declaró el año pasado en un discurso muy aplaudido ante la ONU. 

"Pese a su juventud, Malala (...) muestra, dando ejemplo, que los niños y los jóvenes también pueden contribuir a la mejora de su propia situación", aseguró Jagland. 

Según Naciones Unidas, 57 millones de niños en edad escolar no van a la escuela, entre ellos un 52% de niñas. 

Malala compartirá el premio y los ocho millones de coronas suecas (unos 873.000 euros, 1,1 millones de dólares) con un ingeniero de formación que decidió dedicarse al trabajo social, al comprobar la pobreza de algunos estudiantes.   

Fundador de una asociación que garantiza sueldos equitativos y milita por la prohibición del trabajo infantil en la industria de las alfombras, Satyarthi también participó en la creación de varios movimientos de defensa de la infancia y la escolarización. 

El premio Nobel de Economía, entregado el lunes en Estocolmo, cerrará los Nobel 2014. 

jueves, 2 de octubre de 2014

FELICIDADES EN TU 84 CUMPLEAÑOS, AMADA LUCY...COMO REGALO LOS DOS POEMAS QUE MAS TE GUSTAN ENTRE TANTOS QUE HAS ESCRITO Y QUE CONOCES...

FELIZ CUMPLEAÑOS LUCY, QUERIDA...

LOS HIJOS INFINITOS
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Andrés Eloy Blanco


Cuando se tiene un hijo,
se tiene al hijo de la casa y al de la calle entera,
se tiene al que cabalga en el cuadril de la mendiga
y al del coche que empuja la institutriz inglesa
y al niño gringo que carga la criolla
y al niño blanco que carga la negra
y al niño indio que carga la india
y al niño negro que carga la tierra.

Cuando se tiene un hijo, se tienen tantos niños
que la calle se llena
y la plaza y el puente
y el mercado y la iglesia
y es nuestro cualquier niño cuando cruza la calle
y el coche lo atropella
y cuando se asoma al balcón
y cuando se arrima a la alberca;
y cuando un niño grita, no sabemos
si lo nuestro es el grito o es el niño,
y si le sangran y se queja,
por el momento no sabríamos
si el ¡ay! es suyo o si la sangre es nuestra.

Cuando se tiene un hijo, es nuestro el niño
que acompaña a la ciega
y las Meninas y la misma enana
y el Príncipe de Francia y su Princesa
y el que tiene San Antonio en los brazos
y el que tiene la Coromoto en las piernas.
Cuando se tiene un hijo, toda risa nos cala,
todo llanto nos crispa, venga de donde venga.
Cuando se tiene un hijo, se tiene el mundo adentro
y el corazón afuera.

Y cuando se tienen dos hijos
se tienen todos los hijos de la tierra,
los millones de hijos con que las tierras lloran,
con que las madres ríen, con que los mundos sueñan,
los que Paul Fort quería con las manos unidas
para que el mundo fuera la canción de una rueda,
los que el Hombre de Estado, que tiene un lindo niño,
quiere con Dios adentro y las tripas afuera,
los que escaparon de Herodes para caer en Hiroshima
entreabiertos los ojos, como los niños de la guerra,
porque basta para que salga toda la luz de un niño
una rendija china o una mirada japonesa.

Cuando se tienen dos hijos
se tiene todo el miedo del planeta,
todo el miedo a los hombres luminosos
que quieren asesinar la luz y arriar las velas
y ensangrentar las pelotas de goma
y zambullir en llanto ferrocarriles de cuerda.
Cuando se tienen dos hijos
se tiene la alegría y el ¡ay! del mundo en dos cabezas,
toda la angustia y toda la esperanza,
la luz y el llanto, a ver cuál es el que nos llega,
si el modo de llorar del universo
el modo de alumbrar de las estrellas.

Poema 20

(de Veinte poemas de amor y una canción desesperada)




Pablo Neruda  (
Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto (Parral, 12 de julio de 1904 – Santiago, 23 de septiembre de 1973)

PUEDO escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: " La noche está estrellada, 
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos". 
El viento de la noche gira en el cielo y canta. 
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. 
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. 
Ella me quiso, a veces yo también la quería. 
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. 
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. 
Y el verso cae al alma como pasto el rocío. 
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. 
La noche está estrellada y ella no está conmigo. 
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 
Como para acercarla mi mirada la busca. 
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. 
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. 
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. 
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. 
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. 
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. 
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. 
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. 
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, 
mi alma no se contenta con haberla perdido. 
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, 
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.