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sábado, 4 de enero de 2014

La alegría de vivir y de crear expresiones artísticas no envejecen en Lucy Magallanes de Ortega, pionera junto con Morita Carrillo, de la poesía para niños en Venezuela. Acaba de cumplir 83 años desbordando gentileza y enseñanzas en esta ciudad que hizo suya.


Lucy Magallanes de Ortega y su sobrino nieto el conocido fotógrafo
Leonardo Rojas Magallanes.

 El Carabobeño 20 diciembre 2013

Lucy Magallanes, la alegría de vivir para los niños

 Alfredo Fermín
afermin@el-carabobeno.com
La alegría de vivir y de crear expresiones artísticas no envejecen en Lucy Magallanes de Ortega, pionera junto con Morita Carrillo, de la poesía para niños en Venezuela. Acaba de cumplir 83 años desbordando gentileza y enseñanzas en esta ciudad que hizo suya.  
Nacida con el nombre de Angola Lucinda Magallanes el 2 de octubre de 1930 en Caracas, Lucy Magallanes dedicó su vida a la educación de generaciones de valencianos. Su labor más hermosa fue el Aula Creativa del Hospital Central, donde se entregó a educar a niños enfermos con el respaldo del eminente médico Jorge Lizarraga. Una labor que forma parte de las más bellas historias de esta ciudad. 
Cuando tenía días de nacida le llevaron a Boca de Tocuyo, en Falcón, donde su padre tenía un aserradero. Aquel río caudaloso le transmitió amor por la naturaleza, que se arraigó en su sensibilidad durante sus estudios en el Colegio Lourdes de esta ciudad donde se residenció la familia en 1942. Graduada de maestra en la Escuela Normal  inició su magisterio en el grupo escolar Simón Rodríguez. Después estuvo entre las fundadoras de la escuela Eduardo Viso. 
Admiraba a Luis Beltrán Prieto Figueroa y puso en práctica  su programa Educación para el Trabajo, que inició cuando fue ministro de Educación del presidente Rómulo Gallegos como ministro de Educación. “Me dieron la certificación de maestra titular de Educación Primaria el 16 de noviembre de 1948 y el 24 de ese mes cayó el gobierno de Rómulo Gallegos. Vino la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y a los educadores los obligaban a firmar el llamado libro de oro, para expresar acuerdo con aquel régimen. A sabiendas de que yo jamás estamparía mi firma, el padre Heraclio me invitó a dar clases en el  Colegio La Salle, donde estuve hasta 1959. 
Mi familia sufrió mucho durante ese terrible gobierno militar -aseguró la dama-. Mi hermano, el escritor  Manuel Vicente Magallanes fallecido en 2009, fue perseguido y mis hermanas Lilia, Elsa, Noemí y yo sufrimos mucho como tantos venezolanos defensores de la libertad. Mi esposo Paco Ortega, dirigente de Acción Democrática, estuvo 14 meses haciendo trabajos forzados en Guasina. 
En el Aula Creativa fui feliz porque pude enseñar y dar felicidad a tantos niños humildes hospitalizados, cuyos padres no encontraban las maneras de expresarme su gratitud, recordó Magallanes. “Trabajé allí muchos años, por lo cual del Ministerio de Educación me transfirieron con mis años de servicios al de Sanidad que me jubiló. Pero yo no soy doctora, soy maestra”. 
Lucy es creadora de una poesía infantil didáctica que ilustra con dibujos de alegres colores, reunidos en diversas publicaciones. Se inició en la escritura cundo un niño de su escuela le pidió papel para pintar una casita para ella y otra para su mamá. “Eso me conmovió al punto de que escribí mi primer poema: "La pintura, señorita/ y una hoja de papel/ voy a pintar dos casas/ con este nuevo pincel/ señorita señorita/ las casitas ya pinté/ una es para mamita/ y la otra es para usted". 
Desde entonces escribo sin pretensiones de que se me considere poeta, dice Lucy Magallanes. “Pero estoy segura de que mis versos llegan a los niños, porque yo me hice niña para poderlos enseñar”.

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