AL MAESTRO CON CARIÑO

Vengo insistiendo en la importancia de la educación para transformar la sociedad, pues sin una buena escuela sólo lograremos una mala sociedad, y si se insiste en que la educación debe ser entendida como la inversión más importante, tenemos que tratar a los educadores de acuerdo a la importancia de su misión y de su trabajo. Si queremos que los mejores alumnos consideren atractiva la profesión de educador, debemos tener la profesión de educador entre las mejor valoradas y pagadas. Si queremos que la educación contribuya a acabar con la pobreza, primero debemos acabar con la pobreza de la educación y con la pobreza de los educadores. ¡Pobre país que trata mejor a los militares que a los maestros!
Conozco numerosos maestros, sobre todo maestras, que llevan una vida verdaderamente heroica. Se levantan a las cuatro y media de la mañana a dejar listo el almuerzo para la familia; luego, preparan el desayuno y alistan a los hijos para la escuela; salen corriendo a agarrar un carrito para llegar a su centro educativo antes de las siete; trabajan cinco horas atendiendo a un grupo numeroso de alumnos cada vez más indisciplinados, desatentos o violentos; comen rápidamente algo y vuelven a agarrar un carrito para ir a la otra escuela donde trabajarán otras cinco horas.. En la casa, se deben robar unas horas al descanso para corregir tareas, planificar la jornada del día siguiente, o responder a las exigencias de la burocracia educativa cada vez más exigente y hasta asfixiante, mientras lavan la ropa, los platos, o limpian la casa. Por si fuera poco, muchas de ellas estudian también los fines de semana. Todo ello para redondearse un sueldito con el que medio vivir. Y a pesar de ello, son numerosas las que siguen dando lo mejor, entregadas por completo a sus alumnos, sin perder la ilusión y el compromiso.
Por ello, ¡felicitaciones a los maestros y maestras en su día y mis deseos de que no pierdan la pasión! Sin pasión no se logra nada importante en la vida, y mucho menos en educación.
Tomado del blog de Antonio Pérez Esclarín
No hay comentarios:
Publicar un comentario