En su línea de ocuparse de los problemas globales pero también de las necesidades de los pobres de Roma, el Papa Francisco sorprendió la semana pasada ordenando instalar duchas para vagabundos en la plaza de San Pedro y en doce parroquias de Roma.
La «sorpresa» de esta semana es que ha donado algunos de sus regalos para una rifa destinada, una vez más, a los pobres de Roma. Desde ahora hasta el 8 de enero se puede ganar el primer premio, un Fiat Panda 4x4, de color blanco, naturalmente. Es decir, un verdadero «
papamóvil» por solo 10 euros.
El año pasado Francisco sacó a
subasta la motocicleta Harley Davidson regalo del fabricante norteamericano. Era un modelo de 15.000 euros pero, sabiendo que el dinero iría al refugio de vagabundos de la Estación Termini de Roma,
la puja llegó en Paris a los 241.000 euros. Esta Navidad es el turno del Panda y los regalos menores.
La lista de premios de los posters colgados en la tienda, la farmacia, la oficina de correos y otros lugares de paso en el Vaticano y algunas calles contiguas, menciona en segundo lugar una bicicleta de carreras de color celeste. El tercero y cuarto premio son bicicletas de paseo, el quinto una tándem para dos personas. Después vienen cámaras de video, relojes, portarretratos, un elegante sombrero Panamá, una máquina de cafe…
Naturalmente,
el Vaticano conserva casi todos los obsequios de las visitas de Estado, pero reparte otros miles de regalos que el Papa recibe cada año. En esta ocasión, el limosnero del Papa,
Konrad Krajewski, el mismo que promovió las duchas para vagabundos, ha echado el ojo a unos cuantos y ha decidido sacarles partido mediante una rifa navideña.
Se llama, según los pasquines «Lotería de beneficencia para las obras de caridad del Santo Padre». En su sencillez, es otra iniciativa enternecedora. Pero puede acabar recaudando, igual que la moto, un montón de dinero para las personas más necesitadas de Roma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario