viernes, 29 de agosto de 2008
Alguna vez fui niña ¿Es acaso ficción?
por Bruno Mateo
Dedico este cuento a todos los niños y niñas latinoamericanos que alguna vez desearon estar en el mundo de “Érase una vez…” y que perdieron su inocencia física y mental por las aberraciones sexuales de una gran cantidad de hombres y mujeres; exhorto a las autoridades a que sean implacables con estos seres despreciables que incentivan la prostitución infantil y que la contrata, como dijo Sor Juana Inés de la Cruz en sus Redondillas: "¿Quién es más culpable la que peca por la paga o el que paga por pecar?"
Ya estoy lista, dice a una voz masculina por el teléfono móvil. De lejos parece una mujer, no lo es, sus pequeños senos intentan liberarse de ese corsé que no sólo aprieta su cuerpo, sino su alma y su libertad. Ella se vino de Los Andes con un tío que la adoraba dizque para ser "alguien en la vida", un viejo sádico que la metió en este mundo de espanto, su realidad es que es prostituta.
A la niña la llaman por teléfonos hombres y mujeres de alto rango, no son cualquier ñángara, su tarifa es elevada, no es de ella, es del desgraciado o desgraciada que la esclaviza todas las noches a habitaciones del hotel que está en la avenida el rosal en Caracas. Para ella, sigue siendo un juego…” me acuesto, permito que me penetren sin preservativos si lo desean y luego al día siguiente mi jefe me da entre unos diez a veinte mil”, piensa todas las noches
Yo soy médico y ella actualmente es mi paciente .Está infectada con el virus del VIH SIDA y no recibe su tratamiento. Aún sigue trabajando.
Caracas, Venezuela
Octubre 2005.
Dedico este cuento a todos los niños y niñas latinoamericanos que alguna vez desearon estar en el mundo de “Érase una vez…” y que perdieron su inocencia física y mental por las aberraciones sexuales de una gran cantidad de hombres y mujeres; exhorto a las autoridades a que sean implacables con estos seres despreciables que incentivan la prostitución infantil y que la contrata, como dijo Sor Juana Inés de la Cruz en sus Redondillas: "¿Quién es más culpable la que peca por la paga o el que paga por pecar?"
Ya estoy lista, dice a una voz masculina por el teléfono móvil. De lejos parece una mujer, no lo es, sus pequeños senos intentan liberarse de ese corsé que no sólo aprieta su cuerpo, sino su alma y su libertad. Ella se vino de Los Andes con un tío que la adoraba dizque para ser "alguien en la vida", un viejo sádico que la metió en este mundo de espanto, su realidad es que es prostituta.
A la niña la llaman por teléfonos hombres y mujeres de alto rango, no son cualquier ñángara, su tarifa es elevada, no es de ella, es del desgraciado o desgraciada que la esclaviza todas las noches a habitaciones del hotel que está en la avenida el rosal en Caracas. Para ella, sigue siendo un juego…” me acuesto, permito que me penetren sin preservativos si lo desean y luego al día siguiente mi jefe me da entre unos diez a veinte mil”, piensa todas las noches
Yo soy médico y ella actualmente es mi paciente .Está infectada con el virus del VIH SIDA y no recibe su tratamiento. Aún sigue trabajando.
Caracas, Venezuela
Octubre 2005.
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